La rabia en perros o rabia canina es una de las enfermedades infecciosas virales más conocidas, pues se trata de una patología que puede transmitirse a todos los mamíferos, incluyendo el ser humano, al ser una enfermedad zoonótica. Además, los perros son los principales transmisores a nivel mundial.
Este virus de la familia Rhabdoviridae está presente en prácticamente todos los rincones del planeta Tierra, exceptuando en Australia, las islas británicas y en la Antártida. Detectar de forma pronta esta patología es vital para prevenirla y evitar el contagio hacia otros animales, pues la rabia canina es mortal, por este motivo, todos los países toman medidas para prevenirla, contenerla y tratar de eliminarla.
La rabia suele contagiarse mediante la mordida de un animal infectado, no obstante, también puede transmitirse por medio de la saliva, por ejemplo si el animal lame una herida abierta, o bien si se producen arañazos en determinadas zonas, como en las mucosas. No obstante, se trata de situaciones poco frecuentes.
La rabia canina presenta varias fases:
Entre los síntomas más comunes de la rabia encontramos: