Como bien sabemos todos los que tenemos perro, se trata de animales capaces de sacarnos una sonrisa en cualquier momento y circunstancia. Su compañía y empatía nos hace sentir cómodos y reconfortados. Es por todo esto que cada vez se usa más a los perros como acompañamiento y terapia a pacientes de hospitales.
La terapia con perros en hospitales ayuda a los pacientes a mejorar su estado de ánimo y su bienestar en esos difíciles momentos. Hoy en nuestro blog te contamos en qué consiste esta terapia, sus beneficios y las cualidades que deben tener los perros para poder participar en ellas.
La terapia con animales y más concretamente con perros es un proceso terapéutico ideado para complementar el tratamiento de personas con patologías físicas, sociales, emocionales o psicológicas. En los últimos años este tipo de terapias han adquirido una gran popularidad y ya son muchos los centros médicos y hospitalarios que las han incorporado y las ofrecen como un tratamiento más.
El objetivo principal de la terapia con perros tiene que ver con paliar los efectos negativos de la hospitalización, la soledad, la desmotivación. Además también pretende propiciar, en el caso de los pacientes más pequeños, un entorno lúdico y afectivo, en el que puedan jugar y desconectar del día a día hospitalario.
La terapia con perros cuenta con varias ventajas o beneficios:
Sociables: es imprescindible que a estos perros les guste relacionarse con humanos, y aún más especialmente con niños.
Ni tranquilos ni intranquilos y tolerantes con cualquier persona: deben ser perros capaces de relacionarse tanto con pequeños como con mayores y de mantener la calma que los dos tipos de persona requieren. Que les guste interactuar y complacer a los humanos pero sin excitarse.
Gran capacidad de concentración: los hospitales son entornos con una gran cantidad de estímulos, por lo que estos perros deben poder ignorarlos, no distraerse y centrarse en el paciente.
Obedientes: deben ser perros fáciles de entrenar, dóciles, que no sean rebeldes y obedezcan a sus entrenadores.
Gran capacidad de inteligencia: este tipo de terapias exigen que los perros sean inteligentes y capaces de interpretar las necesidades de cada paciente, adaptándose a ellas.
Receptivos a muestras de cariño: al igual que deben ser sociables deben ser también perros receptivos al contacto humano. Muchas de las terapias requieren una interacción directa entre el perro y el humano, por lo que es importante que el animal no se muestre reacio a las caricias.
Buena salud física y mental: Para cumplir su función es importante que los perros cuenten con una buena salud.
A priori cualquier tipo de perro es apto para participar y llevar a cabo estas terapias. Sin embargo, suele haber una serie de razas más habituales en esta clase de intervenciones:
Se trata de razas de perros especialmente inteligentes y cariñosos, y que además no sueltan mucho pelo por lo que evitan en cierta medida la reacción alérgica en los pacientes.
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